Establezca oficinas, centros de coordinación y dependencias de género dentro de las instituciones de seguridad

Última editado: December 29, 2011

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Opciones
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  • Los centros de coordinación, oficinas o dependencias de género especializados (o concretamente de violencia contra la mujer) pueden establecerse dentro de los ministerios pertinentes (por ejemplo, del interior, de justicia y de defensa), así como en los cuarteles generales nacionales de la policía o las fuerzas armadas, o a nivel subnacional en los departamentos de policía o determinados batallones militares.  
  • Los centros de coordinación y las oficinas suelen cumplir una función estratégica en la incorporación de una perspectiva de género a nivel interno y en la aplicación de políticas y procedimientos conexos. Aunque algunas oficinas institucionales de género tal vez tengan un mandato amplio que abarque la coordinación y concienciación, así como la prestación directa de servicios a las supervivientes, sus funciones básicas suelen incluir: 
    • La coordinación de la aplicación, vigilancia y evaluación (y tal vez la contribución a la formulación) de las estrategias, directrices y procedimientos operacionales pertinentes; 
    • El fortalecimiento de la capacidad del personal para investigar casos de violencia (por ejemplo, mediante la coordinación de la capacitación de la policía o las fuerzas armadas en este ámbito);  
    • La mejora de la respuesta policial y militar a las supervivientes, que podría incluir el suministro de una línea telefónica directa para coordinar el establecimiento de dependencias especializadas de base comunitaria en instalaciones locales (en inglés) y salas para recibir a las víctimas, promover procedimientos y protocolos de investigación, entrevistas, la imposición de  órdenes de protección, etc.;
    • La concienciación pública acerca de la violencia de género y el papel de la policía y las fuerzas armadas en la asistencia a las supervivientes (por ejemplo, la preparación de campañas de comunicación y materiales de participación en actos públicos sobre la cuestión);
    • La promoción de sistemas de reunión de datos y gestión de casos  para el seguimiento de la información sobre la frecuencia, los tipos y los patrones de la violencia de género y la tramitación de los casos denunciados;ο La coordinación de las denuncias de acoso sexual o de explotación y abuso sexuales por parte del personal de seguridad, en ausencia de órganos de disciplina interna especiales. 
  • Las oficinas o coordinadores de género necesitan recursos adecuados y autoridad para la adopción de decisiones para tener impacto en la policía, las fuerzas armadas y las prácticas del sector en general. La oficina o el coordinador también deberían ocupar un lugar relativamente importante en la jerarquía institucional para garantizar que puedan autorizar y poner en práctica los cambios propuestos, cuando proceda.  

 

 

Los resultados (a 2009) incluyen: 

  • La capacitación de 250 agentes de comités de policía comunitaria de las cinco regiones de policía sobre procedimientos operacionales normalizados para prevenir y abordar la violencia de género;
  • La sensibilización de 80 mujeres de la Red Nacional de Agentes de Policía Mujeres (por ejemplo, agentes de policía, la oficina de género de la Fuerza de Defensa de Rwanda y representantes de jóvenes de las escuelas) de cinco regiones acerca del uso de los procedimientos operacionales normalizados sobre la violencia de género;
  • La capacitación de 166 agentes de policía de la oficina de violencia de género en relación con la aplicación de una perspectiva de derechos humanos y de seguridad a este tema y con la investigación; 
  • La capacitación de 45 agentes de policía en materia de orientación psicosocial;
  • La mejora de la capacidad operacional (adquisición de 15 motocicletas) para garantizar la respuesta rápida a los casos, en particular en zonas rurales; 
  • El fortalecimiento de la colaboración con las Fuerzas de Defensa de Rwanda, incluida la capacitación de 70 oficiales militares en la ciudad de Kigali;
  • El aumento de las asociaciones con los principales interesados, como los gobiernos locales, las Fuerzas de Defensa de Rwanda, los proveedores de servicios médicos, psicosociales y jurídicos, y los defensores de los derechos de la mujer. 
  • El aumento de la sensibilización y concienciación entre las comunidades, los gobiernos locales (por ejemplo, en el distrito de Gasabo y en la ciudad de Kigali), las escuelas (se capacitó a 400 maestros y estudiantes), las cooperativas de mujeres (se capacitó a 300 miembros en los distritos de Musanze y Gicumbi), los dirigentes religiosos y las organizaciones confesionales;
  • La formación de una red regional de deportes para el cambio social dirigida a la prevención y la respuesta 
  • La elaboración y divulgación de material de sensibilización (carteles, folletos, revistas, pegatinas y calendarios) para las comunidades; 
  • El aumento de la vigilancia, la recopilación y el análisis de datos en todo el país; 
  • El aumento de las denuncias e intervenciones eficaces en relación con la violencia de género;
  • Un mayor acceso a los servicios médicos, psicosociales y jurídicos para las supervivientes; 
  • El establecimiento de una red de agentes de policía mujeres en Rwanda con miras a mejorar la respuesta a la violencia de género y el establecimiento de redes. 
  • Extracto de un estudio de casos: UNIFEM .2009. Establishment of Rwanda National Police Gender Desk (2005 a la actualidad). UNIFEM. Kigali.