Solicitud de ayuda, plan de seguridad y acceso a los servicios

Última editado: September 14, 2012

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Muchas mujeres maltratadas primero procuran apoyo informal de su familia y amigos y puede suceder que nunca acudan a servicios formales tales como los que ofrecen los refugios, trabajadoras sociales y policía. La solicitud de ayuda es un proceso interactivo que se despliega con el transcurso del tiempo y suele incluir múltiples intentos de diferentes fuentes. Comprende decisiones complejas con respecto a abandonar y poner fin a la relación abusiva en los casos de violencia doméstica; y determinar cómo y qué servicios solicitar (Anderson & Saunders, 2003; Barrett & St. Pierre, 2011; Cattaneo et al., 2007; Duterte et al., 2008; Fanslow & Robinson, 2010; Ford-Gilboe et al., 2005; Macy et al., 2005). Estos estudios refuerzan las conclusiones sobre la solicitud de ayuda que surgen de las encuestas de población sobre la prevalencia de violencia física y sexual contra las mujeres (OMS, 2005; Encuestas demográficas y de salud; y las Encuestas internacionales sobre violencia contra las mujeres).

Extracto: OMS. 2005. Estudio multipaís sobre salud de la mujer y violencia doméstica contra la mujer. OMS, Ginebra.

 

Extracto: Kishor, Sunita y Kiersten Johnson de ORC Macro, MEASURE DHS. 2004. Profiling Domestic Violence; A Multi-Country Study (Perfil de la violencia doméstica: un estudio multipaís). Calverton, Maryland.

Las estrategias efectivas para trazar planes de seguridad varían según la mujer, sin embargo aquellas vinculadas a los servicios de refugio tienden a mejorar la seguridad (Goodkind et al., 2004).

Las mujeres que viven en áreas rurales pueden enfrentar barreras adicionales para acceder a servicios de refugio, tales como falta de información, falta de transporte y problemas de confidencialidad (Krishnan et al., 2004; Haller 2004; Lobmann, et al., 2005; Riddell et al., 2009).

 Las mujeres negras, con discapacidades, inmigrantes o refugiadas pueden enfrentar más barreras aún. Estas incluyen el temor de los organismos a los prejuicios y los juicios de valor de los proveedores de servicios (por ej. percepciones de que las mujeres de ciertos grupos no abandonarán a sus esposos abusivos por razones culturales o generalizaciones sobre ciertas comunidades). Muchas mujeres enfrentan múltiples barreras cuando solicitan ayuda y la prestación de servicios, incluidos desafíos logísticos y financieros, tácticas impuestas por los perpetradores, el estigma social y el temor (Forte et al., 2005; Yoshihama, 2002; Hyman et al., 2006; Latta & Goodman, 2005; Weisz, 2005; Helfferich et al., 2004; Fugate et al., 2005; Zweig et al., 2002).