Consideraciones generales

Última editado: September 14, 2012

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Las mujeres y las niñas se deben sentir bienvenidas y seguras cuando llegan a un refugio o un alojamiento designado. Para quienes escapan del abuso, la primera etapa de su experiencia en un refugio es generalmente un período en el que pueden reflexionar y pueden procesar y trabajar para sobreponerse a los efectos de la violencia. Esto requiere tiempo para acomodarse en el ambiente del refugio, considerar sus diversas necesidades e inquietudes, y comenzar a tomar decisiones sobre los próximos pasos. La duración de este período de reflexión varía de una mujer a otra y puede ser de pocas horas, varios días o incluso semanas (WAVE, 2004 a,b).

Durante ese tiempo, las mujeres generalmente decidirán si permanecerán en el refugio, irán a otro lugar (por ej. un hotel, casa de amigos) o regresarán a su hogar. Las prácticas y procedimiento del personal del refugio para recibir a las mujeres puede influenciar sus decisiones y deben ser solidarias y empoderadoras. Es importante que el personal del refugio genere un sentido de seguridad y comience a entablar una relación de confianza, transmitiendo a cada mujer que ella tiene el derecho de tomar la decisión por si misma de quedarse o marcharse, que su decisión será apoyada y que, si elige regresar a la pareja abusiva o a su situación anterior, igual podrá regresar al refugio en cualquier momento.

El personal del refugio puede promover un ambiente de seguridad y confianza al recibir a las mujeres en el refugio si siguen los principales principios rectores y:

  • Reunirse con la mujer (y niña, corresponde) en un lugar seguro donde se pueda garantizar la privacidad. Esto es esencial ya sea que la reunión tiene lugar adentro del refugio o afuera, antes de decidir quedarse en el refugio. Si es posible, las mujeres deben ser recibidas en un área libre de interrupciones (por ej. no usar espacios grupales u oficinas compartidas). Para asegurar la privacidad, son de utilidad los carteles de “no molestar” y apagar los teléfonos celulares, y demuestra respeto por la mujer porque previene las interrupciones mientras está compartiendo información delicada.
  • Preguntar si se siente segura o si hay algo más que se pueda hacer para ayudarla a sentirse más segura
  • Hacer una intervención en crisis si la mujer o niña está angustiada
  • Preguntarle si necesita atención médica inmediata
  • Asegurarle confidencialidad de la información y explicarle cómo la organización logrará esto (mediante la gestión de registros).
  • Considerar la(s) forma(s) específica(s) de violencia que sufrió, las consecuencias, los factores de riesgo las necesidades relacionadas y de seguridad, para constatar que una intervención no la afectará adversamente.
  • Como parte del proceso de ingreso, reconocer los efectos potenciales del trauma en combinación con el posible estrés asociado con la entrevista, y preguntar a la mujer si participar en la entrevista inicial o el proceso de despistaje le podría causar algún problema. También, permitirle tomar pausas o detenerse cuando se sienta incómoda.  
  • Estas medidas son importantes para granjearse la confianza de la mujer y aumentar la probabilidad de que comparta la información necesaria para evaluar y responder según su nivel de riesgo y necesidades de seguridad inmediata. Deben mantenerse a lo largo de todo el proceso de ingreso de las mujeres en el refugio, que comprende las siguientes acciones claves:
  • Compartir información sobre los servicios ofrecidos y cómo se prestarán/se puede acceder a ellos.
  • Reunir la información necesaria para entender las necesidades prioritarias de la mujer y cómo los servicios disponibles pueden apoyarla para abordar esas necesidades.  
  • Ayudar a las mujeres a  evaluar sus riesgos y hacer un plan de seguridad que aborde los riesgos asociados con sus circunstancias (WAVE, 2004a; Organización Internacional para las Migraciones, 2007).